lunes, 21 de febrero de 2011

DONDE VAS ALFONSO



Dónde vas, Alfonso XII,
dónde vas triste de tí?
Voy en busca de Mercedes
que hace tiempo no la ví.

Ya Mercedes está muerta,
muerta está, que yo la ví,
cuatro duques la llevaban
por las calles de Madrid.

Su carita era de cera
y sus manos, de marfil,
y el velo que la cubría,
de color carmesí.

Sandalias bordadas de oro
llevaba en sus lindos pies,
que se las bordó la infanta,
la infanta doña Isabel.

El manto que la envolvía
era rico terciopelo
y en letras de oro decía:
"Ha muerto cara de cielo"

Los caballos de Palacio
ya no quieren pasear,
porque se ha muerto Mercedes
y luto quieren llevar.

Los faroles de las calles
con gasas negras están,
porque se ha muerto Mercedes
y luto quieren llevar

Ya murió la flor de Mayo,
ya murió la flor de Abril,
ya murió la blanca rosa,
rosa de todo Madrid.

Tengo, tengo, tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas
en una cabaña.

Una me da leche,
otra me da lana,
y otra me mantiene
toda la semana.

Caballito blanco
llévame de aquí.
Llévame hasta el pueblo
donde yo nací

EL ESTORNUDO


En la guerra le caía
mucha nieve en la nariz,
y Mambrú se entristecía.
Atchís.

Como estaba tan resfriado
disparaba su arcabuz
y salían estornudos.
Atchús.

Los soldados se sentaron
a la sombra de un fusil
a jugar a las barajas.
Atchís.

Mientras hasta la farmacia
galopando iba Mambrú,
y el caballo estornudaba.
Atchús.

Le pusieron cataplasma
de lechuga y aserrín,
y el termómetro en la oreja.
Atchís.

Se volcó en el uniforme
el jarabe de orozuz,
cuando el boticario dijo:
Atchús.

Le escribió muy afligido
una carta al rey Pepín,
con las últimas noticias.
Atchís.

Cuando el Rey abrió la carta
la miró bien al trasluz,
y se contagió en seguida.
Atchús.

"¡Que suspendan esta guerra!"
ordenaba el rey Pepín.
Y la Reina interrumpía:
Atchís.

Se pusieron muy contentos
los soldados de Mambrú,
y también los enemigos.
Atchús.

A encontrarse con su esposa
don Mambrú volvió a París.
le dio un beso y ella dijo:
Atchís.

Es mejor la paz resfriada
que la guerra con salud.
los dos bailan la gavota.
Atchús.


el señor don gato


Estaba el señor Don Gato
sentadito en su tejado
marramiau, miau, miau,
sentadito en su tejado.

Ha recibido una carta
por si quiere ser casado,
marramiau, miau, miau, miau,
por si quiere ser casado.

Con una gatita blanca
sobrina de un gato pardo,
marramiau, miau, miau, miau,
sobrina de un gato pardo.

El gato por ir a verla
se ha caído del tejado,
marramiau, miau, miau, miau,
se ha caído del tejado.

Se ha roto seis costillas
el espinazo y el rabo,
marramiau, miau, miau, miau,
el espinazo y el rabo.

Ya lo llevan a enterrar
por la calle del pescado,
marramiau, miau, miau, miau,
por la calle del pescado.

Al olor de las sardinas
el gato ha resucitado,
marramiau, miau, miau, miau,
el gato ha resucitado.

Por eso dice la gente
siete vidas tiene un gato,
marramiau, miau, miau, miau,
siete vidas tiene un gato.

LOS DEDITOS


Los deditos de la mano,
todos juntos estarán;
si los cuentas uno a uno,
cinco son y nada más.

Los deditos de las manos,
estirados los verás;
si tú cuentas las dos manos,
cinco y cinco ¿qué serán?